La distribución de la grasa corporal es un fenómeno intrigante que desconcierta a muchos sobre todo cuando hay una distribución asimétrica en las caderas y abdomen.
Para entender esta tendencia de almacenamiento de grasa, debemos remontarnos a nuestra evolución. Durante miles de años, nuestros antepasados se enfrentaron a períodos de hambruna y escasez de alimentos. En esta lucha por la supervivencia, el cuerpo desarrolló la capacidad de almacenar grasa en ciertas áreas estratégicas para garantizar un suministro constante de energía durante tiempos difíciles.
Hormonas y energía acumulada
Las hormonas desempeñan un papel fundamental en el tipo de acumulación de grasa. Por ejemplo: El estrógeno, una hormona predominante en las mujeres, favorece el almacenamiento de grasa en las caderas y muslos como una reserva para el embarazo y la lactancia. Por otro lado, los hombres tienden a almacenar más grasa en el abdomen debido a la influencia de la testosterona.

Pero la acumulación de grasa en las caderas y el abdomen está influenciada por diferencias en la distribución de los receptores adrenérgicos en estas regiones. Veamos esto con calma:
- Los receptores adrenérgicos son una clase de receptores asociados a la proteína G.
- La proteína G es una gran familia de proteínas de receptores que responden a estímulos extracelulares que pueden ser activados por las catecolaminas adrenalina (epinefrina) y noradrenalina (norepinefrina) que se pueden dar en mayor o menor medida.
- Esta diferencia en la actividad de los receptores puede contribuir a la variabilidad en la acumulación de grasa en las caderas y/o abdomen.
Biología hormonal, genética y estilo de vida
Sin entrar en más detalles sobre los receptores adrenérgicos, la acumulación de grasa se resume en la biología hormonal, la genética y los hábitos de estilo de vida.
- Los hábitos de estilo de vida que tienen un impacto significativo en esta distribución de grasa. La falta de actividad física y una dieta rica en calorías pueden estimular el almacenamiento de grasa en el abdomen.
- El estrés crónico puede desencadenar la liberación de cortisol, una hormona relacionada con el aumento de peso abdominal.
- La genética también desempeña un papel relevante. Estudios han identificado ciertos genes asociados con la distribución de grasa, lo que explica por qué algunas personas son naturalmente propensas a acumular grasa en ciertas áreas.
Aunque la acumulación de grasa solía considerarse como áreas de almacenamiento ventajosas desde una perspectiva evolutiva, en la sociedad moderna de abundancia alimentaria, este patrón puede contribuir al aumento de enfermedades metabólicas. Comprender estos procesos a nivel científico es crucial para promover la salud en la población actual. De esta forma, se podrán abordar de manera efectiva los desafíos del sobrepeso y la obesidad, así como también la obsesión por dietas extremas, ayunos intermitentes, etc., que son el resultado de estereotipos de belleza irreales. Estos estereotipos pueden afectar el metabolismo, causar desequilibrios hormonales y desencadenar trastornos alimenticios. Los estándares irreales de belleza impactan negativamente en la salud mental y física.
En cualquier caso, si crees que sufres de acumulación de grasa en exceso, lo mejor es consultar con un médico especialista. Un nutricionista o un endocrinólogo podrán ayudarte a ver de forma objetiva y siempre velando primero por tu salud.
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