No. Los cigarrillos electrónicos o vaporizadores no cuenta con suficientes pruebas científicas que prueben que ayuden a dejar de fumar y tampoco son más saludables que un cigarrillo común.
En los últimos años estos dispositivos han aumentado sus ventas y se han vuelto común en adolescentes y jóvenes. Las compañías los han promocionado como una alternativa menos dañina que el tabaco o como una opción para ayudar a dejar de fumar. Sin embargo hay estudios que muestran que los cigarrillos electrónicos, incluso los que están libres de nicotina, aumentan los signos de inflamación de los vasos sanguíneos, están asociados a problemas cardiovasculares y a largo plazo pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.
¿Vapear perjudica mi salud?
Sí, si bien no producen monóxido de carbono ni alquitrán porque no se queman, los disolventes que se calientan (esos mismos que dan sabor) pueden formar otras sustancias químicas que son dañinas.
El uso de cigarrillos electrónicos durante al menos un año está asociado con un mayor riesgo cardiovascular y el uso diario duplica el riesgo de presentar infarto agudo de miocardio. Además, el uso de estos dispositivos aumenta el riesgo de síntomas bronquiales y respiratorios. Los productos químicos presentes en el vapor del cigarrillo electrónico dañan las células.
Si quieres dejar de fumar, te recomendamos consultar con tu médico de cabecera. Puedes preguntarle por el Programa nacional para la cesación del consumo de tabaco y atención del tabaquismo.
En cualquier caso, junto a tu médico podrás tomar acciones basadas en la evidencia para dejar el consumo de tabaco y para tratar la dependencia.